Conclusión.

A pesar de sus problemas, el utilitarismo es uno de los modelos más dinámicos en la actualidad, si no el que más, de teoría ética y política y lo tenemos presente en el día a día, pués es una forma de optar por la mayor felicidad en cada desición que tomamos.












Bienvenidos ! !

Hola buenas, somos Jordi, Pau, Toni y Tamara..

Somos estudiantes de 1º Bax de la Florida, vamos a estudiar este blog como instrumento de trabajo para la asignatura de Filosofía.

Esperemos que lo visiteis!!!!


El comienzo



        El utilitarismo comenzó con las filosofías de Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill (1806-1873)
       El utilitarismo obtiene su nombre de la pregunta de prueba de Bentham: "¿De qué sirve?". Él concibió la idea cuando se encontró con las palabras "la mayor felicidad para el mayor número"
Jeremy Bentham desarrolló su sistema ético alrededor de la idea del placer. Se apoyó en el antiguo hedonismo que buscaba el placer físico y evitaba el dolor físico. Según Bentham, las acciones más morales son aquellas que maximizan el placer y minimizan el dolor. Esto ha sido denominado a veces "cálculo utilitario". Una acción sería moral si produce la mayor cantidad de placer y la menor cantidad de dolor.

John Stuart Mill modificó esta filosofía y la desarrolló aparte del fundamento hedonista de Bentham. Mill usó el mismo cálculo utilitario, pero en cambio se centró en maximizar la felicidad general calculando el mayor bien para el mayor número. Mientras Bentham usó el cálculo en un sentido cuantitativo, Mill lo usó en un sentido cualitativo. Él creía, por ejemplo, que algunos placeres eran de una calidad superior a otros.

       El utilitarismo ha sido aceptado por tantas personas simplemente porque parece tener mucho sentido y parece relativamente sencillo de aplicar. Sin embargo, cuando fue propuesto por primera vez, el fue una filosofía radical. Intentó establecer un sistema moral aparte de la revelación divina y la moral bíblica. El utilitarismo se centraba en los resultados antes que en las reglas. En última instancia, el enfoque en los resultados demolió las reglas.
     En otras palabras, el utilitarismo proveyó una forma para que las personas vivieran vidas morales aparte de la Biblia y sus indicaciones. No había ninguna necesidad de apelar a la revelación divina. La razón, antes que la revelación, era suficiente para determinar la moral.
Bentham escribió: "El principio de utilidad significa aquel principio que aprueba o desaprueba cada una de las acciones según la tendencia que aparenta tener para aumentar o reducir la felicidad de la parte cuyo interés está en cuestión; o, lo que es lo mismo en otras palabras, para promover u oponerse a esa felicidad".
      John Stuart Mill fue un erudito brillante que estuvo sujeto a un rígido sistema de disciplina intelectual y fue mantenido separado de los niños de su propia edad. Cuando Mill era adolescente, leyó a Bentham. Mill dijo que le embargó la sensación de que "todos los moralistas anteriores habían quedado superados". Él creía que el principio de utilidad "daba unidad a mi concepción de las cosas. Ahora tenía opiniones: un credo, una doctrina, una filosofía; en uno de los mejores sentidos de la palabra, una religión; la inculcación y difusión de lo que podría convertirse en el principal propósito externo de una vida".
Mill modificó el utilitarismo de Bentham. En tanto que Bentham estableció un utilitarismo del acto, Mill estableció un utilitarismo de la regla. Según Mill, uno calcula lo que está bien comparando las consecuencias para todos los agentes pertinentes de reglas alternativas para una circunstancia particular. Esto se hace mediante la comparación de todas las circunstancias o entornos pertinentes similares en cualquier momento.



Introducción al utilitarismo


Probablemente escuchó decir a un político que había aprobado una norma legal porque hacía el mayor bien para el mayor número de ciudadanos. Tal vez haya escuchado a alguien justificar sus acciones porque eran para el bien general.
En este artículo vamos a hablar de la filosofía detrás de este tipo de acciones. La filosofía se conoce como utilitarismo. Si bien es una palabra larga, es de uso común a diario. Es la creencia de que la única norma de moral está determinada por su utilidad.


El utilitarismo es una doctrina filosófica que determina que la bondad de los actos debe calcularse en razón de la utilidad que representa. Exponentes del utilitarismo serían John Stuart Mill y Johnathan Bennet.

Hay diversos criterios según el utilitarismo. Uno es que la acción debe reportar el mayor bien al mayor número de personas. Por ejemplo, si voy a legislar sobre la velocidad a la que pueden ir los automóviles, tengo que calcular si les doy mucho margen a cuántos automovilistas beneficiaré, y si en cambio les doy poca posibilidad de velocidad a cuántos peatones beneficiaré.

Otro criterio del utilitarismo es simplemente considerar qué es más costoso: realizar un bien o no realizarlo; realizar un mal o no realizarlo. 

El ejemplo clásico es el dilema del tranvía que plantea que si uno conduce un tranvía sin frenos y sólo puede girar hacia la derecha o hacia la izquierda. Si vas a la derecha atropellarás a una persona; en cambio a la izquierda hay un grupo de ocho niños jugando. Según el utilitarismo la bondad se calcula viendo en qué acción tienes menos impacto negativo, en este caso lo correcto seria ir a la derecha , asi harias el bien para el mayor grupo de personas que son los niños jugando, a la hiquierda.

Analisis del utilitarismo.


¿Por qué llegó a ser tan popular el utilitarismo?
 Hay varias razones para su atractivo.
Primero, es un sistema ético relativamente fácil de aplicar. Para determinar si una acción es moral uno debe simplemente calcular las consecuencias buenas y malas que resultarán de una acción específica. Si lo bueno supera a lo malo, entonces la acción es moral.
Segundo, el utilitarismo evita la necesidad de apelar a la revelación divina. Muchos de los que adhieren a este sistema ético están buscando una forma de vivir una vida moral aparte de la Biblia y una creencia en Dios. El sistema reemplaza la revelación por la razón. La lógica, antes que una adherencia a principios bíblicos, guía la toma de decisiones de un utilitarista.
Tercero, la mayoría de las persona ya usa una forma de utilitarismo en sus decisiones diarias. Tomamos muchas decisiones no morales cada día basadas en las consecuencias. En la fila para pagar en la caja buscamos la cola más corta para poder salir por la puerta más rápidamente. Tomamos la mayoría de nuestras decisiones financieras (librar cheques, comprar mercadería, etc.) según un cálculo utilitario de costos y beneficios. Así que tomar decisiones morales usando el utilitarismo parece una extensión natural de nuestros procedimientos de toma de decisión diarios.
Hay, también, una serie de problemas con el utilitarismo. Un problema que tiene es que conduce a una mentalidad de que "el fin justifica los medios". Si cualquier fin valedero puede justificar los medios para alcanzarlo, no se tiene un verdadero fundamento ético. Pero todos sabemos que el fin no justifica los medios. Si fuera así, entonces Hitler podría justificar el Holocausto porque el fin era purificar la raza humana. Stalin podría justificar la matanza de millones de personas porque estaba intentando lograr una utopía comunista.
El fin nunca justifica los medios. Los medios deben justificarse a sí mismos. Una acción específica no puede ser juzgada como buena simplemente porque puede conducir a una buena consecuencia. Los medios deben ser juzgados por alguna norma objetiva y consistente de moral.
Segundo, el utilitarismo no puede proteger los derechos de las minorías, si la meta es el mayor bien para el mayor número. Los estadounidenses del siglo XVIII podrían justificar la esclavitud en base a que brindaba una buena consecuencia para la mayoría de estadounidenses. Sin duda la mayoría se beneficiaba de la mano de obra barata, aun cuando la vida de los esclavos negros fuera mucho peor.
Un tercer problema con el utilitarismo es la predicción de las consecuencias. Si la moral está basada en los resultados, entonces tendríamos que ser omniscientes para predecir precisamente las consecuencias de cualquier acción. Pero, cuando mucho, sólo podemos adivinar el futuro, y a menudo estas estimaciones razonadas son erróneas.
Un cuarto problema con el utilitarismo es que las consecuencias mismas deben ser juzgadas. Cuando ocurren resultados, todavía debemos preguntar si son resultados buenos o malos. El utilitarismo no brinda ningún fundamento objetivo y consistente para juzgar los resultados, porque los resultados son el mecanismo usado para juzgar la acción misma.